28.11.05

Del archivo... Delirios Urbanos: Obuses y Microbuses parte 2.


Un post recuperado del archivo
de mis antiguos posts en Modblog. Un pequeño acercamiento al mundo micrero, relacionado con la ya evidente afinidad del autor con la Ley de Murphy. Un granito de arena más para la máxima "todo puede ser peor"...

Fecha Original del post: Abril 2005

Sábado, 8:15 pm: Término de mi jornada de voluntariados...mañana y tarde.
Paradero 38 de Santa Rosa, el Santiago que nadie quiere ver. La selva, frente a mis ojos. Descarnado panorama.
Los talleres con los niños, fueron gratificantes al máximo. Sobre todo para ellos mismos. El haberlos sacado del letargo cotidiano dentro de la casa de acogida fue algo invaluable para ellos. Y para los que estábamos ahí ver su júbilo, también era invaluable. No querían que nos fuéramos, pero la labor de aquel día ya estaba hecha. Volveríamos, de seguro...era necesario seguir ayudando en lo que pudiésemos.

OK. Retomando... 8:16 pm, paradero 38. La micro nos para sorpresivamente.
-Uds...pa 'onde van?
-¿Llega a Plaza Italia?
-Si poh.
-Nos lleva por 200 cada uno??
-Ya pero súbanse por atras...

Nos subimos. Cerca de la puerta trasera había un grupo conversando en voz más que alta. Era un soberano weveo. Tuve la suerte de ser noqueado por una
poderosa ráfaga de copete, no sé si proveniente de ellos o de una alucinación mía, tal vez de una angustiosa necesidad de inocularme etanol lo antes posible...no lo sé. Nos sentamos más adelante; el tipo que cobraba los pasajes se pone a echar la talla con el chofer y con un tipo de los primeros puestos. Luego, un pasajero se sube, pero no se queda en la máquina. Le entrega subrepticiamente un billete al conductor, en la mano. Wow. Dealer. Qué cool...

Mientras pasaba esto, recorríamos calles tapizadas de graffitis de Colo-Colo y de la garra blanca, calles humildes, que se veían peligrosas cuando grupos de raperos cruzaban la calle con autoridad, y rodeando, a veces, en son de weveo -creo yo- a la micro...en fin. Bienvenida realidad. A todo esto, llevábamos
más de 30 minutos , y Plaza Italia, cero. No sabíamos por donde chucha íbamos. El recorrido, se daba la vuelta del perro mais grande do mondo. Increíble.

Después de mucho, desembocamos en la Gran Avenida, en La Cisterna. Ahí, se retomó un poco el rumbo, después de haber pasado por La Granja y El Bosque. Lúdico...
Opté por bajarme en una estación de metro. Me despedí, bajé a la estación, y en veinticinco minutos me encontraba en Tobalaba con Holanda. Qué Eficiencia...

Micros vs metro. Wow...sí que había diferencia pero, qué diablos, había que abordar otra ninfa amarilla, para finalmente llegar a mi casa.
9.35 pm
, aproximadamente, la micro se detiene en el paradero, después que se me pasara la que me servía en su recorrido más directo. Bueno, pasa todo el rato...me dije....
Me decidí por el mal menor y subí, aguardando otra
vuelta del perro por parte de la máquina. El aire estaba denso y húmedo, el cielo, parecía prometer precipitaciones. La micro, se encontraba atiborrada de tipos dándoselas de cool hablando en voz alta y planeando por cierto, el venidero carrete. Era chacotero el asunto. Una mina canta apasionadamente un tema de Edie Brickell en el asiento trasero. Con sus ojos cerrados, y con un feeling envidiable, podíase abstraer de toda la chacota pre-carretera estructurada por la mayoría del contingente a bordo. La miraba, cerraba los ojos, y me enrostraba una y otra vez las ganas que tenía de pisar suelo hogareño. Solamente quería impregnarme de ese esquivo relajo, que en ese momento era como encontrar una pilsener en el desierto de Atacama.

10:20 pm
, acababa de pasar la rotonda Atenas...la micro se detiene abruptamente. Se escuchan chiflidos en los asientos más traseros. El tiempo pasa, y no hay respuesta de nada. El rumor de la "panne" se hacía cada vez más fuerte, pero cuando el chofer entró de nuevo en la máquina ya no era tal. Murphy se hacía presente.

-Se van a tener que bajar nomás, no puedo seguir...
*Chiflidos y puteadas

Hasta ahí, en vez de reaccionar airadamente sólo atiné a esbozar una sonrisa. Y después reírme a carcajadas, y la gente mirandome cual freak psycho. Solamente llevaba 2 horas de viaje.

En filita india nos bajamos todos, no sin antes reclamar el dinero del pasaje, el cual nos fue devuelto a todos, incluso a los barsas que no pagaron pero que sí se avisparon y encontraron boletitos en el suelo. Qué mejor? Creo que si no hubiese tenido el boleto, hubiera hecho lo mismo. Barsa, pero who fuckin cares....caguemos a los asesinos al volante!!!

Luego, a esperar la otra micro...no llegó nunca, o bien se demoró escandalosamente. Eran más de las diez y media de la noche, y no pasaba nada. La lluvia se hacía sentir. Sumido en la desesperación, telefoneo que no podré ir a un carrete, aduciendo razones "logísticas". Qué cansancio.

10:50 pm. No llegaba la micro, y todos repartiendo puteadas en el paradero. La lluvia seguía cayendo...quería confiar en mis queridas micros...de verdad. Tan lejos que había llegado.

-Aló...
-Daniel? donde estás? (tono inconfundible)
-Aquí en la rotonda Atenas, la micro se quedó en pana y no pasa ni una hueá...
- Pffff....
- Porfa venme a buscar....estoy desesperado...
- ¿Pero cómo?....
- No pasa nada!!! Estoy raja, mamá...apiádate....
- Fresco de raja...
- Gracias. xD

11:00 pm. No pasa nada, aún.

11:15 pm. Creo que sí...es verdad. Llegué!!!

Algunos dirán que
no se vale, que igual me vinieron a buscar y todo...jajajajajaj. Mamón. Pero teniendo la oportunidad, y que calzara justo....y que justo estuviese raja. En fin. Coincidencia cósmica.
Igual me gusta andar en micro...creo.

Y sí, soy un fresco de raja, pero en ese momento....estaba propicio para una falacia Ad misericordiam.

Fin.

24.11.05

Minutos...


Mala cosa. Se me acaba el tiempo. La media pruebita q me espera....hay que jugársela. Toda.
Tengo que buscar una solucion definitiva a este déficit atencional crónico.
Aahhggghg!!!
En mala hora puse esos relojes al lado. Me estoy empezando a desesperar.

Ya, a tratar de seguir estudiando.

Nos leemos.






15.11.05

Hablando con el corazón...

Uf.
Qué bello momento para actualizar. (A todo esto, justo ahora se arregla el Modblog cuando todos ya están instalados con camas y petacas en Blogspot. Grande Murphy!!)


Son las tres de la mañana menos veinte minutos. Los intentos por avanzar en la monografía que tengo que entregar en algunas horas más son vanos, fútiles. Como ha sido la tónica de este incontrolable año.

Tratar de lidiar con circunstancias caóticas, impredecibles, que sin duda minan los insignificantes atisbos de "inspiración", que motivaron la idea de escribir a estas horas de la madrugada; cuando ya no se escuchan ruidos en la ciudad durmiente, y se divisan cansinas luces a lo lejos.


Momento para hablar desde adentro.

Un café que se enfría. Bebo un sorbo para, al menos, saborear el tibio y pasajero estímulo a las neuronas, que necesitan funcionar a full durante las próximas 4 horas. Una vez más pienso que no me mantendré en pie, frustrando los maquinados planes de sobrevivencia académica. Otra vez. Será que recién estoy pensando en esto. Racionalmente.

Me doy cuenta.

A estas alturas no podemos hablar desde el corazón.
¿Qué pasa? ¿Qué me pasa? ¿Qué nos pasa?

A estas alturas, la complejidad del pensamiento humano se torna inútil, en el plano expresivo. ¿Cuál es el fin de comunicar en niveles más alla de lo propiamente explícito? ¿De qué sirve darse vueltas en lo mismo una y otra vez? ¿Por qué no comunicar lo que uno siente, o piensa? O decir lo que siente, como un pensamiento.
Pasarse rollos. Gratuito pasaje a la angustia. Formular hipótesis inexistentes, metáforas truncas, incompletas pautas que no conectan nada. En vez de ir de frente, hablar con el corazón. Dejar de lado la racionalidad extrema. Pensar, sintiendo. Dejar que los sentimientos del espíritu broten sin traba alguna. Gritar, si es necesario. Llorar, reir, suspirar. Comunicar lo que se siente. Así como se lee, parece una perogrullada. Pero no es tan así.

Y qué es lo que pasa cuando hablamos con el corazón?
Generalmente nada. Nada. Ignorancia...
Poco rato para emocionarnos y sentir, y mucho tiempo para racionalizar y discutir en base a argumentos demostrados y construídos con lógica formal.
En otras palabras, al corazón se le ignora mucho más de lo que parece. Cada vez quedan menos "te quiero", "te echo de menos" o "puta que me das rabia!"...y ya solamente se "habla" con demostraciones implícitas...y a veces, ni siquiera eso. La agresividad más patente y frecuente es el ignorar, evadir, autoengañándose perpetuamente.

Qué necesidad más imperiosa el expresar la emoción a través del lenguaje. Pero no nos pescan. Las consecuencias con el tiempo se tornan dolorosas. Absorbemos todo lo que nos rodea. Hablamos con actos. Tratamos de emocionar con acciones, sometidas a un abanico de interpretaciones supeditadas a una infinitud de percepciones. A medida que pasa el tiempo estamos más confundidos. Todos.

Y una simple, pequeña expresión a veces es hermosa, y si no es tal, al menos clarificadora... para pensar positivamente....
Nos ahorraría energía y estrés en interpretar lo que se recibe, de una manera totalmente diferente a lo que de verdad se quería comunicar. Qué mejor que hacerlo explícitamente. Hay que darse cuenta, darse el tiempo. Y no nos damos cuenta, ni tampoco nos tomamos el tiempo. Decir, expresar y comunicar. El desenfrenado hacer, nos confunde cada vez más en este estresado mundo. Recibamos corazones y emociones... conversemos con ellos. Lograr un equilibrio implícito/explícito.


Emocionarse con un "te quiero", con sentimiento...


Media volada...

Y ahora, a lo mío. Queda una larga noche por delante.

Arrivederci. Nos leemos.





3.11.05

Sorry.
Una tormenta de colapsos y posibles catástrofes se ha apoderado de mi pesimista espíritu.
Quiero mandar todo a la misma mierda.

Haga lo que haga, no servirá.
No puedo concentrarme.
No puedo pensar.
Quiero hacer.

Colapso con planes para los cuales tanto he trabajado y sudado. No quiero fracasar.
Soy un maldito orgulloso.

Igual espero que todo salga bien.
En un recóndito lugar del alma se aloja una semilla de esperanza.
Ojalá que germine a tiempo.

Por ahora, quiero mandar todo a la misma mierda.

Sorry.