15.11.05

Hablando con el corazón...

Uf.
Qué bello momento para actualizar. (A todo esto, justo ahora se arregla el Modblog cuando todos ya están instalados con camas y petacas en Blogspot. Grande Murphy!!)


Son las tres de la mañana menos veinte minutos. Los intentos por avanzar en la monografía que tengo que entregar en algunas horas más son vanos, fútiles. Como ha sido la tónica de este incontrolable año.

Tratar de lidiar con circunstancias caóticas, impredecibles, que sin duda minan los insignificantes atisbos de "inspiración", que motivaron la idea de escribir a estas horas de la madrugada; cuando ya no se escuchan ruidos en la ciudad durmiente, y se divisan cansinas luces a lo lejos.


Momento para hablar desde adentro.

Un café que se enfría. Bebo un sorbo para, al menos, saborear el tibio y pasajero estímulo a las neuronas, que necesitan funcionar a full durante las próximas 4 horas. Una vez más pienso que no me mantendré en pie, frustrando los maquinados planes de sobrevivencia académica. Otra vez. Será que recién estoy pensando en esto. Racionalmente.

Me doy cuenta.

A estas alturas no podemos hablar desde el corazón.
¿Qué pasa? ¿Qué me pasa? ¿Qué nos pasa?

A estas alturas, la complejidad del pensamiento humano se torna inútil, en el plano expresivo. ¿Cuál es el fin de comunicar en niveles más alla de lo propiamente explícito? ¿De qué sirve darse vueltas en lo mismo una y otra vez? ¿Por qué no comunicar lo que uno siente, o piensa? O decir lo que siente, como un pensamiento.
Pasarse rollos. Gratuito pasaje a la angustia. Formular hipótesis inexistentes, metáforas truncas, incompletas pautas que no conectan nada. En vez de ir de frente, hablar con el corazón. Dejar de lado la racionalidad extrema. Pensar, sintiendo. Dejar que los sentimientos del espíritu broten sin traba alguna. Gritar, si es necesario. Llorar, reir, suspirar. Comunicar lo que se siente. Así como se lee, parece una perogrullada. Pero no es tan así.

Y qué es lo que pasa cuando hablamos con el corazón?
Generalmente nada. Nada. Ignorancia...
Poco rato para emocionarnos y sentir, y mucho tiempo para racionalizar y discutir en base a argumentos demostrados y construídos con lógica formal.
En otras palabras, al corazón se le ignora mucho más de lo que parece. Cada vez quedan menos "te quiero", "te echo de menos" o "puta que me das rabia!"...y ya solamente se "habla" con demostraciones implícitas...y a veces, ni siquiera eso. La agresividad más patente y frecuente es el ignorar, evadir, autoengañándose perpetuamente.

Qué necesidad más imperiosa el expresar la emoción a través del lenguaje. Pero no nos pescan. Las consecuencias con el tiempo se tornan dolorosas. Absorbemos todo lo que nos rodea. Hablamos con actos. Tratamos de emocionar con acciones, sometidas a un abanico de interpretaciones supeditadas a una infinitud de percepciones. A medida que pasa el tiempo estamos más confundidos. Todos.

Y una simple, pequeña expresión a veces es hermosa, y si no es tal, al menos clarificadora... para pensar positivamente....
Nos ahorraría energía y estrés en interpretar lo que se recibe, de una manera totalmente diferente a lo que de verdad se quería comunicar. Qué mejor que hacerlo explícitamente. Hay que darse cuenta, darse el tiempo. Y no nos damos cuenta, ni tampoco nos tomamos el tiempo. Decir, expresar y comunicar. El desenfrenado hacer, nos confunde cada vez más en este estresado mundo. Recibamos corazones y emociones... conversemos con ellos. Lograr un equilibrio implícito/explícito.


Emocionarse con un "te quiero", con sentimiento...


Media volada...

Y ahora, a lo mío. Queda una larga noche por delante.

Arrivederci. Nos leemos.





5 comentarios:

Shougo dijo...

Hola Juvenal! Ojalá que todo le salga bien en lo que queda de año académico.
Bien denso su post, compadre. Un tema complicado tb. Creo que todos sentimos esa necesidad de expresar lo que sentimos. Racionalizarlo es otra cosa. justamente ahora he estado pasando por un periodo en el cual lo que siento y lo que pienso racionalmente han estado disociados más que nunca.
Me considero un tipo totalmente movido por la emoción, algo que me ha traido más de un problema.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

me gustó tu post, y lo que planteas es extremadamente cierto...ojala fueramos todos mas demostrativos jajajaj

sigue escribiendo , lo haces bien
muchos saludos!

ciudadano intermitente dijo...

Definitivamente hay momentos para dejar el lapiz. Vivir confundido en rollos gratuitos...

A veces cansa tanto.
Sirve hablar con el corazon?

Quiero creer...aun en tiempos como los actuales. q si.

nos leemos.

kalima dijo...

Está bien inspirarse, y escribir lo que una quiera...sirve siempre.

un saludo :)

Lore Ortiz dijo...

Es complicado decir te quiero cuando la otra persona no le siente el mismo peso tú cuando se lo dices. A mí, un te quiero me hace reaccionar. Si es recíproco, tiemblo, y si no, me angustia...

Pero creo en el amor como un sentimiento que debe manifestarse...

Un beso, chau
Lore