21.11.07
Insomnio
Hace 16 minutos que estoy pegado frente a la pantalla. Paralizado por la fatiga.
Pero no puedo dormir. Solamente me quedé pegado.
Y el tiempo es oro...
Quiero dormir...
11.11.07
Nada personal
Raro. Pero bueno igualmente...cálida sensación.
Difícil describir la atmósfera que se sentía en el Estadio Nacional para el segundo concierto de Soda Stereo. Habían pilas, movimiento; espera ansiosa. Tanta ansiedad por aquella esperada reunión, después de 10 años (tal vez era menos comparada con el primer concierto). Mucha gente ochentera y también adolescentes. Y gente de veintitantos, obvio. Y ahí estábamos...ansiosos, inclusive emocionados por una banda que nunca pensamos que íbamos a ver en vivo. Extraordinario sonido, fiato musical, calidad audiovisual y buen repertorio (ojo que igual faltaron temas emblemáticos)...sin embargo, algo me faltó. Al menos en la sensación.
Me acabo de dar cuenta que mi impresión del concierto fue bastante "técnica" , dejando de lado la parte clásica emocional cuando uno espera mucho a una banda. A una banda que marcó territorio en mi discografía de los 90s. Raro.
Según muchos, en el segundo concierto hubo mucho más contacto y movimiento que en el primero...pero en general no era un fervor desbordante. Faltaba esa vibra emocional y de complicidad entre los integrantes...que recordara las viejas tocatas de los '80s o a principios de los '90. Y claro, eso se transmite a todo un estadio...
Hubo eso sí, algo novedoso: el prender los celulares a manera de "antorchas" iluminando todo el lugar. Espectacular...
Y algo no novedoso: el delirio femenino ante las brillantes y sugestivas letras de Cerati...elemento ya distintivo de un tema de Soda de cualquier época.
Pero había una especie de distancia entre Alberti, Cerati y Bosio. Charly, -por ejemplo-aplicadísimo en la batería, pero con cara de estar tocando en un estudio, no en un estadio con 65 mil personas.
En realidad sí hubo emoción...pero no de esas que marcan en un recital; sino que fue más bien tímida...respetuosa. Tal vez más de alguien estaba vuelto loco, pero apostaría a que fueron momentos dentro del concierto. Hasta los más fanáticos...
Y de momentos en particular, mis emociones se llenaron ya terminando el concierto (aunque claro, había una nostalgia dando vueltas) cuando las notas de "Nada personal" empezaron a sonar.
Ahí, recién me sentí como pensaba que iba a estar en 155 minutos de música. Conmovido.
El sonido me mandó directo al año '89 cuando por primera vez escuché a Soda. Yo, con apenas 6 años recién empezaba a entender qué era esto de escuchar música...y pelaba el cable tarareando (con más de algún problema de dicción) "oh, oh ohh...nada personalll..."
En ese tiempo los casetes se vendían como pan caliente, y un paleteado tío me regaló un compilado de "rock latino" en donde figuraban próceres como Charly García, y bandas como Virus, Sumo y claro...Soda Stereo con aquel clásico , aportando a esa recopilación. Y, uf, cómo escuchaba ese casete, que creo fue uno de los primeros que tuve...
El tema lo tocaron casi idéntico al de estudio...y ya con eso, para mí el concierto estaba pagado. A veces uno nunca sabe lo que puede pasar con estas impredecibles emociones. Pero agradezco de haberme contactado con esa nostalgia. Soda -con o sin intención- lo hizo de nuevo.
En vivo, aunque estén más fomes.
Siguen formando parte de la historia de varias generaciones.
Cuando llegué a mi casa, no hice más que encontrar el casete y escucharlo. Y al hacerlo, al final pensaba..."puta que estuvo bueno!" (no sin un sentimiento de incoherencia) Y no me queda más que agradecer esa nostalgia. Raro todo, pero bueno al fin. Nada personal.
Cambio y fuera.
Difícil describir la atmósfera que se sentía en el Estadio Nacional para el segundo concierto de Soda Stereo. Habían pilas, movimiento; espera ansiosa. Tanta ansiedad por aquella esperada reunión, después de 10 años (tal vez era menos comparada con el primer concierto). Mucha gente ochentera y también adolescentes. Y gente de veintitantos, obvio. Y ahí estábamos...ansiosos, inclusive emocionados por una banda que nunca pensamos que íbamos a ver en vivo. Extraordinario sonido, fiato musical, calidad audiovisual y buen repertorio (ojo que igual faltaron temas emblemáticos)...sin embargo, algo me faltó. Al menos en la sensación.
Me acabo de dar cuenta que mi impresión del concierto fue bastante "técnica" , dejando de lado la parte clásica emocional cuando uno espera mucho a una banda. A una banda que marcó territorio en mi discografía de los 90s. Raro.
Según muchos, en el segundo concierto hubo mucho más contacto y movimiento que en el primero...pero en general no era un fervor desbordante. Faltaba esa vibra emocional y de complicidad entre los integrantes...que recordara las viejas tocatas de los '80s o a principios de los '90. Y claro, eso se transmite a todo un estadio...
Hubo eso sí, algo novedoso: el prender los celulares a manera de "antorchas" iluminando todo el lugar. Espectacular...
Y algo no novedoso: el delirio femenino ante las brillantes y sugestivas letras de Cerati...elemento ya distintivo de un tema de Soda de cualquier época.
Pero había una especie de distancia entre Alberti, Cerati y Bosio. Charly, -por ejemplo-aplicadísimo en la batería, pero con cara de estar tocando en un estudio, no en un estadio con 65 mil personas.
En realidad sí hubo emoción...pero no de esas que marcan en un recital; sino que fue más bien tímida...respetuosa. Tal vez más de alguien estaba vuelto loco, pero apostaría a que fueron momentos dentro del concierto. Hasta los más fanáticos...
Y de momentos en particular, mis emociones se llenaron ya terminando el concierto (aunque claro, había una nostalgia dando vueltas) cuando las notas de "Nada personal" empezaron a sonar.
Ahí, recién me sentí como pensaba que iba a estar en 155 minutos de música. Conmovido.
El sonido me mandó directo al año '89 cuando por primera vez escuché a Soda. Yo, con apenas 6 años recién empezaba a entender qué era esto de escuchar música...y pelaba el cable tarareando (con más de algún problema de dicción) "oh, oh ohh...nada personalll..."
En ese tiempo los casetes se vendían como pan caliente, y un paleteado tío me regaló un compilado de "rock latino" en donde figuraban próceres como Charly García, y bandas como Virus, Sumo y claro...Soda Stereo con aquel clásico , aportando a esa recopilación. Y, uf, cómo escuchaba ese casete, que creo fue uno de los primeros que tuve...
El tema lo tocaron casi idéntico al de estudio...y ya con eso, para mí el concierto estaba pagado. A veces uno nunca sabe lo que puede pasar con estas impredecibles emociones. Pero agradezco de haberme contactado con esa nostalgia. Soda -con o sin intención- lo hizo de nuevo.
En vivo, aunque estén más fomes.
Siguen formando parte de la historia de varias generaciones.
Cuando llegué a mi casa, no hice más que encontrar el casete y escucharlo. Y al hacerlo, al final pensaba..."puta que estuvo bueno!" (no sin un sentimiento de incoherencia) Y no me queda más que agradecer esa nostalgia. Raro todo, pero bueno al fin. Nada personal.
Cambio y fuera.
31.10.07
Re-boot
Uf...tiempo ha pasado.
Hace rato que perdí inspiración para escribir en este espacio. Solamente un cambio;
la presión nuevamente surgiendo en mí. Se acerca el fin de año y muchas cosas acechan; memoria, práctica, seminarios...y no queda mucho. No queda mucho para un cambio grande.
Y espero que las cosas salgan bien, y bueno, como hay presión...algunas ganas de escribir de nuevo acá empiezo a tener. Es cosa de encontrar la inspiración. Para el blog y para ganarle a la tensión del fin de año.
Espero actualizar pronto.
Saludos...
2.4.07
Transición
Ahi va. Ahí fue.
Un último día más.
Ya de noche, escucho el motor del bus que cual burro de campo continúa avanzando por el sinuoso camino. Pronunciadas curvas indicándome la despedida de mis últimos días de vacaciones; diciéndole adiós a un ciclo que se apresura en encontrar su lugar en el baúl de mi memoria. De mis momentos y recuerdos; algunos inolvidables, felices, otros un poco más olvidables. Momentos al fin...que han construido mi historia a lo largo de mi vida, entrelazando tantas circunstancias como emociones pasajeras y afectos co-construídos, emergiendo a medida que asocio sonidos, musica e imágenes, con el enésimo giro del bus, provocándome un pequeño mareo.
No es suficiente para incomodarme. Quiero seguir mirando.
Quiero seguir avanzando.
Avanzo mientras las luces se desvanecen en pequeñas ondas que permiten ver un poco hacia afuera de las ventanas. No se ve mucho del camino, tal vez eso, un tanto desesperante...quien sabe a estas alturas...
La obsesiva y geométrica guarida...esa cárcel invisible que a la vez se torna más impredecible. Y no hay vuelta atrás, otra transición ha comenzado.
Una vez más mis anhelos, mis inseguridades, mis deseos truncos, y mis sueños hacen un festín del espíritu, cada vez más confundido. Mejor quedarse con los sueños, puros...en bruto.
Sueños que con el difuso y sinuoso camino están allí, movilizándose en torno a momentos, ansiosos por ser narrados.
Atrás queda el corral de estudiante, que mientras sigo caminando, se encarga de recordarme dudas, rabias y angustias.
Ahora sí que esta vez voy solo. Capacidades, esfuerzos, talentos en torno de cosas cada vez más tangibles. Y se acaba el juego. No hay más ensayos. Una vez más a esperar y sufrir... partir de cero.
Jugársela, esta vez en serio, como nunca antes.
Como teniendo la idea de que acecha una nueva recta final.
Final; al fin y al cabo...aunque el camino sólo se alumbre parcialmente, permanentemente cambiando y haciendo mutar la percepción hacia infinitos enigmas, que se agolpan en los pensamientos, cuando se oprimen por hechos que aun no acaecen.
El tiempo siempre será tiempo; los días, días y los ciclos, ciclos. De peajes y vidas como pequeñas pausas y grandes cambios y acontecimientos. El camino y yo, ahora sintiendo los pasos cada vez menos inmaduros y más conectados con mi esencia.
Finalmente se detiene el bus. Hemos llegado al terminal...
...el recorrido acaba.
Es tarde y la noche se deja sentir en cada recoveco de la calle, en cada sordo paso de algún transeúnte, en cada grito desesperado, en cada asalto, en cada vehículo que pasa; en cada ruido e imagen. En cada nuevo momento que nace en mi recuerdo.
Se va un día; es innegable un sabor especial en la noche.
Mí noche.
Esa que señalará en unas horas el primer día del resto de mis días.
Como antes y como siempre.
Marzo 2007
28.2.07
Camino a las palabras
Para no dejar tan pelada esta cosa...
Pronto y progresivamente el escribir se dejará fluir. Por mientras dejo este buen texto que alguna vez me llegó por mail. Hasta que la inspiración vuelva. O si no escribir huevadas...si para algo es esto, o no??
Se acaban las vacaciones (a toda raja) y nuevas etapas acechan. En algunos días empiezo la práctica...y un ciclo más se dejará caer.
Aquí va el texto, y que estén muy bien.
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LA HISTORIA DE LOS FRASCOS: MAYONESA Y CAFÉ
Cuando las cosas en la vida parecen demasiado, cuando 24 horas al día no son suficientes, recuerda el frasco de mayonesa y el café.
Un profesor delante de su clase de filosofía sin decir palabra tomó un frasco grande, y vacío de mayonesa y procedió a llenarlo con pelotas de golf. Luego le preguntó a sus estudiantes si el frasco estaba lleno. Los estudiantes estuvieron de acuerdo en decir que sí.
En seguida, el profesor tomó una caja llena de canicas y la vació dentro del frasco de mayonesa. Las canicas llenaron los espacios vacíos entre las pelotas de golf. El profesor volvió a preguntarles a los estudiantes si el frasco estaba lleno, y ellos volvieron a decir que sí.
Luego, el profesor tomó una caja con arena y la vació dentro del frasco.
Por supuesto, la arena llenó todos los espacios vacíos y el profesor preguntó
nuevamente si el frasco estaba lleno. En esta ocasión los estudiantes respondieron con un "si" unánime. El profesor enseguida agrego 2 tazas de café al contenido del frasco y efectivamente lleno todos los espacios vacíos entre la arena.
Los estudiantes reían en esta ocasión.
Cuando la risa se apagaba, el profesor dijo: "Quiero que se den cuenta que este frasco representa la vida. Las pelotas de golf son las cosas importantes, como Dios, la familia, los hijos, la salud, los amigos, las cosas que te apasionan. Son cosas que
aún, si todo lo demás lo perdiéramos y solo estas quedaran, nuestras vidas aun estarían llenas.
Las canicas son las otras cosas que importan, como el trabajo, la casa, el
auto, etc. La arena es todo lo demás, las pequeñas cosas, detalles..."
"Si ponemos la arena en el frasco primero, no habría espacio para las canicas ni para la pelotas de golf. Lo mismo ocurre con la vida.
Si gastamos todo nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, nunca tendremos lugar para las cosas realmente importantes. Presta atención a las cosas que son cruciales para tu felicidad. Juega con tus hijos, tomate tiempo para asistir al doctor, ve con tu pareja a cenar, practica tu deporte o afición favorita. Siempre habrá tiempo para limpiar la casa y reparar la llave del agua.
Ocúpate de las pelotas de golf primero, de las cosas que realmente importan. Establece tus prioridades, el resto es solo arena."
Uno de los estudiantes levantó la mano y pregunto que representaba el café. El profesor sonrió y dijo: "Que bueno que lo preguntas. Sólo es para demostrarles que no importa cuan ocupada tu vida pueda parecer, siempre hay lugar para un par de tazas de café con un amigo."
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Saludos!!!! Mucha suerte en el comienzo de año laboral-escolar-universitario-etc.
Que no nos consuma el estrés. Siempre habrá tiempo para un café.
9.1.07
De tiempos y pautas
En esos lapsos vacios de tiempo, siempre algo pasa.
El perpetuo y viciado rompecabezas muta sus usuales combinaciones...hacia una salida, un cambio.
Esa salida de tunel, en donde cada momento que pasaba se vio mas cerca.
Con calma.
Esa calma que solamente nos puede conferir los instantes que transcurren, sordos, vacíos, insomnes.
De que hechos aciagos quedaron atrás.
La lluvia que cae y se evapora, para subir al firmamento nuevamente.
En donde el prisma se descompone y señala un camino, repleto de luz.
El final del tormento, en donde se sienten nuevos tiempos, serenos, cercanos.
Ya no se sufre. Cientos de días miran sorprendidos hacia el aquí y el ahora.
No se confunden.
Jamás me rendí, después de todo....
Aún en interminables espirales que no llevaban a ningun lado.
Ciertamente, ya no es hora del daño.
Ni del autoengaño.
Los minutos se perpetúan al sonido de estas teclas insomnes.
En esos lapsos vacios de tiempo.
En esos momentos donde algo cambia; y los colores aparecen, en una eternidad de ternura,
pero a la vez de un segundo. Cuando en un lapso vacio de tiempo algo no fue lo mismo; y las pautas fueron rotas, desmantelado el funesto esquema.
...y dos personas que fundidas en un abrazo, que esperaba ansioso ser sacado de su letargo,
letargo de centenarios días...
Y un (in)esperado beso de madrugada.
Sin importar cómo, cuando y donde, me quisiste. Ahí.
Y te quise, como hace tanto tiempo...
En un lapso de tiempo vacío. Vacio de tiempo, rebosante de plenitud.
Impregnado del perfume de tu piel.
Noviembre 2006
El perpetuo y viciado rompecabezas muta sus usuales combinaciones...hacia una salida, un cambio.
Esa salida de tunel, en donde cada momento que pasaba se vio mas cerca.
Con calma.
Esa calma que solamente nos puede conferir los instantes que transcurren, sordos, vacíos, insomnes.
De que hechos aciagos quedaron atrás.
La lluvia que cae y se evapora, para subir al firmamento nuevamente.
En donde el prisma se descompone y señala un camino, repleto de luz.
El final del tormento, en donde se sienten nuevos tiempos, serenos, cercanos.
Ya no se sufre. Cientos de días miran sorprendidos hacia el aquí y el ahora.
No se confunden.
Jamás me rendí, después de todo....
Aún en interminables espirales que no llevaban a ningun lado.
Ciertamente, ya no es hora del daño.
Ni del autoengaño.
Los minutos se perpetúan al sonido de estas teclas insomnes.
En esos lapsos vacios de tiempo.
En esos momentos donde algo cambia; y los colores aparecen, en una eternidad de ternura,
pero a la vez de un segundo. Cuando en un lapso vacio de tiempo algo no fue lo mismo; y las pautas fueron rotas, desmantelado el funesto esquema.
...y dos personas que fundidas en un abrazo, que esperaba ansioso ser sacado de su letargo,
letargo de centenarios días...
Y un (in)esperado beso de madrugada.
Sin importar cómo, cuando y donde, me quisiste. Ahí.
Y te quise, como hace tanto tiempo...
En un lapso de tiempo vacío. Vacio de tiempo, rebosante de plenitud.
Impregnado del perfume de tu piel.
Noviembre 2006
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