Caso omiso a cuestionamientos, rollos, a juicios banales.
Un piano en mis oídos, un café que se enfría;
el aire que circula refrescando desde la rendija, el casero olor a comida…
supongo, tal vez...
que estoy a gusto en esta geométrica guarida, construída con lápices y trazos desde pequeño.
Por las ventanas dibujadas se ve todo distorsionado y raro. Pero da lo mismo. Tengo en toda mi vida un recorrido.
Ese recorrido de la micro que ya está demarcado. Y solamente es cuestión de tiempo.
Burbujas chocando con burbujas. Flotando, en el aire.
De ser alguien seducido por "el bien".
Vigilado por ese terso rostro de esperanza, que permanece de noches a mañanas; que refleja su luz en algún mágico rincón de mi alma, que cada día se hace más pequeño…
Y todo está bien, no hace falta preguntarse cómo recibo la infinitud de imágenes de mis vivencias cotidianas. De diáfanas felicidades y conflictos ya resueltos.
Al parecer.
Tengo clarísimo lo que tengo que hacer.
Por mucho tiempo, por muchos años. Nunca hubo dudas.
Pero no sé si realmente he hecho algo.
Al parecer lo que reina, es la paradójica certeza de tener demasiadas dudas.
Entonces…¿qué ha pasado en todo este tiempo?
¿Porqué no siento que me invade la plenitud?
Hay algo que olvidé.
Hubo un detalle en el cual no reparé.
En algún momento, algo dejé de hacer.
Dejé de lado la duda constructiva, esa que hacía avanzar…
Empecé a dudar por dudar. A vivir del autoengaño.
Me dejé absorber.
Me refugié en mi burbuja. No salí más.
No me hice cargo.
Ahora que lo pienso...alivio de saber que en realidad no tengo nada claro.
Cambiar el pensamiento, la explicación...
La deriva se siente más lejos…el eterno temor a la alienación de la conciencia.
No más pajaritos en la cabeza.
De frenar los sinsentidos.
Recorrer verdaderamente el trazado de la vida. Sin seguir al pie de la letra las instrucciones. Botar el manual y empezar a vivir.
Sentir, de verdad.
Improvisar, arriesgar y equivocarse.
Solucionar-me.
8 comentarios:
Siempre he tenido esa sensación de que no he hecho lo que debo hacer. Entiéndase por debo lo que están haciendo los demás. Que estoy dejando de lado el manual, la carta de navegación. Y, sin embargo, en este momento me encuentro tan plena, tan tranquila. Hace mucho que aprendí a hacer lo que quiero y no lo que otros quieren de mí (a menos que yo también quiera, claro). Hace mucho que boté todo lo que me pudiera dirigir la existencia. Y me siento bien en este minuto. He hecho cosas que nunca pensé que haría, he logrado triunfos que pensé que jamás obtendría. Guiarse en la vida por un manual me parece demasiado aburrido. Me encanta saltar sin redes. Sentir el vértigo, el estómago que me da vueltas, la sensación de enfrentar lo desconocido, a lo que los demás no se atreven. Me gusta vivir visceralmente, desde dentro, de las entrañas. Viví con la mente y me aburrí. Ahora la dejo que tome parte de mis decisiones, pero no que su racionalidad se imponga ante lo que me dice el instinto. Ese instinto que me ha fallado en más de una ocasión, pero qué más da, en la vida hay que caerse, que tropezarse, que descrestarse, y saber ponerse de pie.
Me extendí demasiado, pero es un tema que encuentro demasiado interesante. Mi único y muy humilde consejo: vivir con el corazón, actuar por amor, meditar cuando hay que hacerlo, y atreverse -sobre todo eso- a correr riesgos.
Un beso grande para ti.
Lo que escribes me llega mucho, pero talvez de otra forma...para mi es un tema el "saber", saber qué hacer en el momento indicado y cómo hacerlo...pero mi gran problema es que siento que nunca sé que hacer, dudo de todo y me recrimino por eso...a veces me gustaría casí tener un guión, de lo que tengo o no que hacer, porque siento que todo me cuesta mucho y siento que me equivoco en todo...
A veces creo que pienso mucho las cosas y por eso me complico por las puras...debería relajarme más con las cosas, simplemente arriesgarme, aunque me equivoque...si al final, no es tan grave equivocarse, de eso se trata tambien la vida, sólo que no entiendo porque me angustía tanto...
En fin, creo que me queda mucho trabajo por hacer con eso en terapia...jajaja=P
Muchos saludos, cuidate!
A veces existe esa sensación de haber dejado cosas sin hacer... pero me he convencido con el tiempo que todo lo que hacemos es por algo y lo que no hemos hecho también.
Ya no me quejo de lo olvidado porque me gusta mirar hacia adelante porque me hace mejor.
Mirar por la ventanilla de la micro hace imaginar cómo pasa el tiempo y vamos recorriendo una infinidad de espacios y vivencias que nos conducirán al lugar que no estamos o no esperando, pero si se mira el destino como triunfo, será posible creer cada día que se puede ser feliz.
Me gustó la forma en que escribiste, la disposición de los versos, las negritas...
Un beso, chau
Lore
De eso se trata no?? caerse y levantarse...aprender y aprehender...
bonito post, muchas deducciones vitales...
Ma frennnnn!!
Me gustó esa frase de tener la certeza de dudar. Ah, todo está lleno de paradojas...¿Podrían ser un poco más sencillas las cosas de la vida, no?
La carta de navegación no hay que seguirla siempre, pero creo que igual hay que tenerla a mano por si perdemos el rumbo y no sabemos dónde chucha estamos. Actualmente, al menos yo sé adonde debo llegar. Los caminos que tome hacia irán variando...supongo que ahí está la gracia!
Lo espero el 31!
See ya!
no pienses, solo anda...siente!!
la deriva tiene sentido para mí justamente cuando no hay propósito...
vive la vida paso a paso, pero descubriendo cada uno de ellos... es imposible hacer un itinerario proyectual de tu vida... sólo vive... (no te imaginas cuánto me costó entender eso)
..."caminante no hay camino, se hace camino al andar"...
besos!!
estamos esperando actualización del blog............escribe algo p´oh !!!!
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