29.8.06

Farewell


Salgo. La calle desierta frente a mí. Las hojas como siempre miran, al acecho, esta caminata.
Quizás eterna.
Necesito caminar; sentir mis pasos que se desvanecen de tristeza y frustración a medida que avanzo, o creo avanzar. Eso, lo dejo a la mirada impertérrita de un cielo cargado de nubes coloreadas, agrias y dulces al mismo tiempo.

Todo, me recuerda a ti. El sonido de las bocinas a lo lejos, la radio que suena en mi cabeza. La banda sonora, de lo que pudo ser. De lo que pudo haber sido. La fantasía idílica retumbando en mi alma empapada de amargura.
Nunca lo pude saber.

Nunca pude saber si existió aquella alianza que tanto buscaba. Sumergido siempre en la incertidumbre; indagando cada vez en más metáforas desesperadas que se diluían mientras pasaban las horas; cada vez más burlescas, cada vez más obsesivas, cada vez más furtivas. Hubo un resabio de ilusión, de una complicidad, de una semilla esperando ser regada. El tiempo se encargó de decir que no. De negármelo todo, de negártelo todo.

Nunca pude saber qué fue lo que realmente te puso en mi camino. Pero me di cuenta que debía luchar por vencer mis propios fantasmas y dificultades, muchas que yo mismo me hacía, tropezando más de un par de veces. Impulsividad pura. Sólo unas ganas locas de abrazarte y besarte, pero que solamente eran consumadas en un buen sueño.

Nunca pude saber si en realidad pudo haber habido algo allí; lo pasábamos bien, nos mirábamos, caminábamos, reíamos. Pero en tu lenguaje, eso solamente quedaba allí. Nada explícito; ninguna búsqueda. Todo supeditado a lo que yo hiciera. E hice mucho, lo intenté.
Aún así sentía que esto iba para algún lado, que era cuestión de tiempo. Y caí en cuenta de que era algo que estaba mucho más allá de eso. Dejé de lado muchas cosas, tratar de ayudarte a creer, a darte cuenta, a crecer. A sentir, a emocionarte. Traté de buscarle un sentido a tu vida dándole sentido a la mía. Y logré algo en el corto plazo; que fueras aún menos clara, menos explícita.

Y las metáforas se acaban, agotándose por cada dolorosa hora que pasaba frente a mí. Mientras la creencia de que había algo allí, iba en aumento. Pero la mente es siempre impredecible.

Quizás todo esto fue un invento. Un invento de la imaginación que no tenía lugar en la comunicación. En nuestra comunicación. Todo pasó; un café, una musical síncopa, una caminata por un parque perdido. Sentí…mucho tal vez.
Creí en algo, que podía ser la metáfora del discurso esquizofrénico más grande. Aún así, jugué mis cartas, y si eso no fue suficiente; y a pesar de lo que sentía…eso no existía realmente. Repentinamente (para mí), tomaste otro camino, en el momento menos esperado.
Y nunca lo pude saber.

Nunca pude saber si hubo algo realmente. Realmente…existirá esa palabra en “realidad”??

En fin…
La conciencia es algo que falta. Que te falta. De no vivir a la deriva…de hacerte cargo.
De no generar dolores en el alma, y desarmonías afectivas, sin darte cuenta.
Espero que algún día lo logres, acompañada por el sonido de acordes musicales que te emocionen. Acompañada de los colores del cielo, de los olores del aire, de los sabores de la tierra. De los sentidos y emociones de mundo.

Algún día, quizás, nos volveremos a encontrar. Algún día, en el cual sabremos ambos por qué estamos donde estamos. Y bueno, tal vez ese día no llegue nunca…
Por ahora, solamente queda despedirse.
Y me despido de alguien que no sé si alguna vez existió.
Nunca lo podré saber.
Y nunca podré saber si dejaré de quererte.








*Líneas pretéritas, líneas archivadas...
parte de mí ahora en el presente. Solamente la compulsión
de compartirlas. Y no hay más en el alma ahora.
Estoy de lo más bien...no os asustéis

Saludos!!

17.8.06

Reflexión en torno a una alcachofa


Se llenan mis ojos de lágrimas...
al comprobar que se me ha pasado la mano
con el jugo de limón
al probar la primera hoja
y tragar muchos granitos de sal.

Tal vez la mezcla, me haga sentir un poco menos robot...

Para la otra , cuando sienta pena
clarito lo que hay que hacer
y pasar por sensible
y graduarme con honores de una actuación
más que sobresaliente.
Ejem...ja!

Espero que el tiempo me haga ser más emocional
Y llorar con las películas cebollas,
y las vivencias propias...amores y desamores.
Por mientras...hay q terminar la alcachofa.
Aunque me salgan lágrimas...

Uf. Estaba fuerte la cuestión!

Saludos.


P.D.: Puro "jugo"...jajajaja

4.8.06

Inédito: de cómo me "sané" de una neumonitis en UN día...


En la vida de un mortal, terrestre, se está acostumbrado a vivir la rutina la mayoría de las veces sin chistar y sin darse cuenta.
“Soy hijo, hermano, estudiante, etc”. La mayoría de las veces con pautas que están concatenadas para recrear realidades similares día a día. A veces con más estrés y a veces con más relajo. Otros instantes con mala suerte y otras veces con golpes anímicos tan positivos que sin duda me instarían a escribir en el blog como enajenado.

En fin. Rara vez uno queda pasmado por algunas pautas fuera de lo común; de que lo insólito reine nuestra vida por un rato. Y por un rato creo que la ley de Murphy se fusionó con lo más insólito que me haya tocado vivir en bastante tiempo.

Era un día más, casi diría normal. Clases en la mañana, un frío e invernal día nublado me esperaba para agilizar las neuronas y ponerse al día con compañeros y amigos; de hablar de lo que no se había hablado en dos semanas de asueto. Todo transcurría de acuerdo a lo “planeado”, nada nuevo bajo el sol. Llegaba la hora de almuerzo, y ya habíamos acordado con unos amigos ir hasta mi casa y jugar wining eleven. Adicción creciente en mi vida. Tendré que tomar cartas en el asunto.

Antes de ir, pasamos a comprar papas fritas artesanales, otra adicción más en esta historia.

Y de todos.

Cuando estábamos en eso, suena mi celular:

-Aló? Mamá, hola…

- Daniel, acabo de ir a buscar tus radiografías y estás con neumonitis. Estás caminando por la vida con neumonitis…

- Qué!!!?? Tengo neumonitis??

Mis amigos al lado mío no lo podían creer y se reían a carcajadas. Yo también. Era algo totalmente increíble, pero no de algo sobresalientemente bueno sino de que verdaderamente no se podía creer. Yo, sin ningún síntoma aparente, sin sentirme mal y sin toser…había sido diagnosticado por radiografías que tenía neumonitis, lo cual no es algo muy alentador que digamos. El informe decía: “presencia de neumonitis bilateral, con compromiso bronquial…”. Algo así, ya no me acuerdo muy bien. Ciertamente, no podía andar por la vida con una infección respiratoria.
El desconcierto era dramático. Creía de verdad imposible que tuviera algo. No sólo porque no me sentía mal, sino que porque venía llegando hace 1 día de un paseo a Olmué carreteado a destajo, con nieve en el camino de ida, con las zapatillas mojadas y con un frío de la puta madre en las noches. Y aún así no me sentí mal ni un día. Raro.

Obviamente, tenía que ser examinado por un médico para ver si efectivamente tenía neumonitis y cuán grave era. Como tengo pulmones un tanto frágiles (asma crónica) era importante empezar con remedios luego. Me pude conseguir hora con un médico broncopulmonar para la tarde-noche.

En ese entonces, ya nos encontrábamos en mi casa, disfrutando de las bondades del Playstation 2 y del maravilloso juego de fútbol. Más encima, en mi casa habían cortado el agua (se había roto una cañería en el pasaje) y mis amigos y yo debíamos aguantarnos como pudiéramos nuestras necesidades biológicas.
Le ponía más emoción a nuestros partidos. Todo esto mezclado con los requerimientos de mi madre para que saliera a comprar bidones de agua para paliar en parte el vital déficit. A lo que yo respondía que estaba enfermo, que no debería salir. Al final, tenía que ir igual, por que era imposible siquiera actuar que me sentía mal. Más aún con el playstation como testigo de mis puteadas y garabatos cuando me metían un gol. Era verdad, se me acababa el aire…

Llegó la hora en que tenía que irme al médico, así que eché a mis amigos de la casa y partí – aun desconcertado- a la consulta del doctor. Era algo todavía inédito. Esperé apenas 5 minutos y me hicieron pasar. Otro desconcierto más; esta vez por lo poco que tuve que esperar… “bueh…será un buen indicio”, esperaba.
Me examinaron, auscultaron (no halló nada raro el médico) y finalmente observó la radiografía… “pero…chico, vos no tenés nada… (El médico había vivido años en Argentina y se le notaba un acento especial) ésta fue una mala interpretación del radiólogo. Las que se ven aquí son cicatrices de bronquitis pasadas, q se notan más en los asmáticos. Fue definitivamente una mala interpretación, quedate tranquilo, che”.

A esas alturas ya no entendía nada; poco menos que era hombre muerto caminando hace un rato hasta ser un hombre totalmente sano, en un santiamén.
Incluso pensaba qué haría el mundo sin mí, en un claro delirio narcisista. De que me daba un ataque de tos ahí mismo, por todo lo que no había tosido mientras no tenía “síntomas” de neumonitis…

En fin. No tenía nada finalmente. O me mejoré de milagro. O el bendito juego de Playstation generó tantas endorfinas en mi organismo que la infección se fue en un tiempo récord.
Y el poquísimo tiempo; estuve “enfermo” y ni siquiera pude disfrutarlo con un día en camita, al lado de un guatero junto a mi gato regalón.

Nada.
Aunque no me sintiera mal, estaba “enfermo”…y quizás era así. Pero no de neumonitis. Sepan uds. que mi salud mental también es frágil. Uf…
Más encima el agua no llegaba. Ya no podía decir que estaba enfermo cuando me mandaban a comprar más bidones. Aunque en mi fuero interno estaba loco por estar en cama.
Y finalmente me mejoré.

De milagro, en tiempo record!!!!! Ahora, a seguir con las adicciones caseras.
Saludos.


P.D.: Menos mal que no me enteré que estaba muerto en algún registro...sí, todo puede ser peor en esta vida.