26.7.06

La lluvia

Recuerdo que alguna vez dije afuera llueve, adentro duele

Casi como un forzado verso en el atribulado discurso cotidiano, con problemas y tormentos al acecho. Listos para atacar al alma, una vez más.

Las gotas se tornaban violentas, amenazantes.

Me mostraban una vez más una inequívoca señal de dificultades. A veces de desamparo. Siempre con pensamientos, que señalaban túneles sin salidas.

Y dolía.

Muchas veces cuando el vértigo de la tormenta acompañaba dudas, penas y corazones sombríos. Perdiéndose en ingentes raccontos que consumían la energía casi sin darme cuenta; con imágenes cargadas de furtivas sombras que se apoderaban de mi espíritu, cribado por las gotas y el viento.


Recordando…dolía.


Mientras escribo esto llueve.

Llueve fuerte. Se oye el ímpetu de los goterones y del viento que sopla cada vez más fuerte.
Uno que otro trueno a la distancia. Tal vez la noche más invernal de Santiago.
El frío es intenso.
Sólo la lluvia de testigo.
Quizás testigo de un pequeño renacer.
De que escuchar la lluvia por la ventana ya no provoca nostalgia ni dolor.
Sólo la experiencia. La lluvia presente en el presente.

El renacer, de que ya las gotas no acribillan, sino que lavan. Deslizándose, placenteras. Golpean y acarician. Salvan y sanan. De que el momento de la lluvia está hecho para disfrutarlo. Momentos, solo momentos.

Instantes de vivencias, de recuerdos hermosos.
Que las gotas que caen inspiren cada paso, cada acto, cada sonrisa. De correr, mojarse y vivir.
Y luego dejarse llevar por el ciclo; de la hermosura de la cordillera nevada. Con un sol que vuelve a salir nutriendo al espíritu de energía para seguir. Aguardar las nubes.
Y esperar otra lluvia de sonrisas.
Sin más dolor.

8 comentarios:

. dijo...

Que bueno que su sentir hacia la lluvia es otro ahora, una instancia siempre tan esperada y disfrutada (por mi, al menos). A veces los recuerdos duelen de tanto deformarlos con las nostalgia, otras veces duelen porque no encuentran una forma distinta de mantenerse presentes y otras...los hacemos doler, pero así también pueden darse un baño con agua de lluvia y surgir con colores y aromas nuevos.
Saludos invernales.

Aelete dijo...

Creo que voy a seguir tu consejo, y dejar que la metáfora permee...
Saludos

Lau dijo...

Para mí, la lluvia siempre sana. Nada mejor que salir a caminar bajo la lluvia, dejar que te empape, llorar si es necesario, correr, gritar, cantar, lo que sea.
Espero que todo vaya estupendo...
Un besito grande, ya nos veremos por ahí.
Muac muac.

Lore Ortiz dijo...

Depende del punto de vista de análisis de tu texto...
Lluvia interna de deseos y malas vivencias... lluvia de dolor, con granizo que rompen lo delicado a en su caer...
Lluvia que limpia y refresca...
Lluvia que destruye, lluvia con fuerza...
Lluvia sanadora, que deja fluir lo que se quiere echar afuera...

La lluvia no me gusta porque moja y no me gusta mojarme... pero a través de la ventana resulta maravillosa, sobretodo el sonido sobre mi techo durante la noche...

Un beso, chau
Lore

danielsilvestre dijo...

Claro...siempre existe un límite de tolerancia a la humedad, por lo mismo...hay que dejar que la metáfora permee con buenos pensamientos y sanaciones varias...

Saludos!!!

Anónimo dijo...

wena compadre...... increible viaje ke nos pegamos, está pa repetirlo.... eso sí ahora quiero descansar un poco!! jajajaja.... no sé ké comentar de tu post, mmm bien dápico, creo ke mejor omitiré comentarios!! nos vemos mañana.. liga en tu casa dicen los rumores... ufa ufa!!!

Anónimo dijo...

Bonitas palabras como siempre !!
Me gusto mucho el post, fue como medio inspirador jejejejje
ke tis muuy bien, te mando un besito
cuidate

Negra

Anónimo dijo...

quiero mas lluvia!!!!

salud y saludoss!