15.7.09

Anecdotario Personal de la Reina 2: Música y mística. De “El duelo” y otras hierbas…

Primer día de universidad.

Corría el año 2002 y teníamos algo que en La Reina llamaban “semana de bienvenida”; nos agrupaban en “animalitos” (sí, era ñoño el asunto) y éramos parte de una serie de actividades recreativas diseñadas para contactarse con el lugar y dar bienvenida a los nuevos estudiantes, todo a cargo de una organización emblemática de la facultad que trabajaba permanentemente con estudiantes, llamada Universitarios trabajando en sociedad, UTS.

A muchos no nos cabía en la cabeza que no “mechonearan”. Más de alguno se pasó el rollo que todo esto era una farsa y que en realidad la semana de bienvenida resultaría ser la peor y más ignominiosa de las emboscadas. Para significado de muchos, no fue un tongo, sino una sincera – e innovadora para los pollos que éramos- semana de bienvenida. Que “le llevaba” sensorama, chamanes, juegos tipo alianzas (la casa pide), tocatas y carrete final con choripanes incluidos. Esto derivó a que muchos grupos, también correspondientes a las secciones de los ramos, se afiataran rápido y se generara una cálida onda en poco tiempo. Por lo que no fue extraño, una vez que las actividades terminaban, ir a comprar cerveza u otro bebestible donde El Mudo para seguir carreteando en los pastos de la facultad. Sumándole una guitarrita, y la particular mixtura que generan las canciones fogateras, la buena onda, y unos vasos para compartir.

Y muchísimas expectativas por delante, tantos ¿y tú por qué entraste a estudiar psicología? Pregunta inamovible del cuestionario inicial de los monitores de los grupos…donde se escuchaban las clásicas ingenuas respuestas. Yo siempre era el (la) que escuchaba a mis amigos en el colegio, y daba consejos…o “yo antes estudiaba ingeniería y me vino una crisis tan grande q fui al psicólogo, y me gustó tanto que quise estudiar esto yo…”, entre otras…que ya no me da la neurona para recordar….
Tantas expectativas y sueños personales puestos en juego en esas primeras conversaciones en los pastos, cuando caía el sol y los brindis cada vez eran más abundantes. Y de ahí, la música.
Ahí estaba yo, con mi inseparable guitarrita de palo rasgueando algunos acordes de trova y de clásicos fogateros…así fue como conocí a una gran amiga, Maca Torres, quien en esa época la distinguí como un verdadero wurlitzer de canciones fogateras en guitarra…entre los dos esa semana tocamos muchísimos temas, pasando por Los Enanitos Verdes, Soda Stereo, Los Fabulosos Cadillacs, Mecano, Los prisioneros, Inti Illimani, Los tres, Silvio Rodríguez, Eduardo Gatti, y La Ley. Dejo al final La ley, porque como estaba de moda en ese tiempo el Unplugged, de algún modo u otro nos vimos forzados a hacer la performance estilo Beto cuevas (yo en una burda imitación) y Eli Guerra de la versión del el duelo Unplugged. Y la empezamos a tocar mucho, no solo en grupos con una guitarra de palo, sino que en las tocatas que luego se sucedieron a través de los años en la Facultad, cuando sí existían actividades que no fueran solamente clases. De algún modo siempre terminábamos tocando esa canción y haciendo una especie de imitación de la versión Unplugged del duelo, terminando como una especie de canción símbolo de nuestra ya conocida e histórica cooperación musical en La Reina. De ahí fuimos agregando más temas “emblemáticos” como “Un amor violento” (con una dedicatoria muy especial en algún momento) de Los Tres, o “Vasos vacíos” de los Fabulosos Cadillacs, donde alguna vez le agregamos percusión de bongó.

En alguna de esas tocatas improvisadas, después de al menos 3 ó 4 años tocando la cancioncita aquélla (porque además la pedían), la tocamos por última vez y nos prometimos no tocarla más porque francamente a esas alturas la cancioncita nos reventaba. Y así pasaron los años…Nuestra última incursión en un escenario de la facultad fue en una Semana Cultural, no sólo con la guitarra acústica, sino con toda una banda, y con arreglos mucho más ensayados y canciones más que improvisadas. Salió bonito…y los temas elegidos fueron súper bien recibidos (entre ellos temas de Pedro Aznar, Los Enanitos Verdes...). Lo malo es que la prueba de sonido se demoró un kilo y que al final yo me estaba con la cagadera de nerviosismo para tocar de una buena vez. Ésa fue nuestra última vez que tocamos juntos en un escenario, culminando años de cooperación musical…

Quién sabe si algún día nos subiremos de nuevo a tocar esas viejas canciones de antaño, con las que animamos cientos de carretes y de tocatas por la vida…alimentando amistades, historias y memorias...
Emocionarnos y evocar esas canciones, esos acordes, llenos de nostalgia y alegría. Seguramente eso pasará algún día…

Seguramente, pero ya no en La Reina…

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