15.7.09

Cuesta...en la despedida - Anecdotario personal de La Reina 3


Hoy. Cuesta hoy caminar por los pasillos, y los patios de La Reina. No precisamente porque se encuentran atochados de gente, o porque sean muy pocos o muy estrechos. Hace ya tiempo que el vacío, se ha apoderado del espacio que alguna vez fue una ígnea fuente de mística, identidad, y muchas pero muchas conversaciones.

Conversaciones sazonadas, claramente, con un poco de vino navegado, fogatas, cannabis, ping pong, y fútbol. También voleyball (recuerdo que había un electivo de eso). Relaciones intensas, ritos chamánicos, semanas culturales desembocando en fiestas muchas veces siendo el dolor de cabeza para los vecinos de un sector “residencial”. Cuentos que emergen en el recuerdo como el escenario de grandes campeonatos de baby fútbol (antes que lo cambiaran a las reglas del futsal) que reunían una gran cantidad de público viernes a viernes, entre vasos plásticos, botellas de cerveza cortesía del Mudo, algún auto con música a todo chancho, o una guitarra fogatera que moría con la noche, y que se mudaba a algún otro lugar.

Pastorales, grupos de estudio, grupos de Rol, laboratorios, ratas, cerebros, cordadas, trabajo comunitario…semanas de bienvenida, peñas dieciocheras, chamanes, fogatas, tocatas, obras de teatro, ciclos de cine, charlas, cafes concert, fiestas, talleres, meditaciones varias, deportes, vinos, lápices, libros y fotocopias (con la clásica cola incluida). Amores y desamores. Historias.

Tantas historias. Entretejidas por tantos personajes; experienciadas con tantos sentidos, vividas, narradas y re-narradas, y ahora que todo se va, en proceso de ser re-vividas. Al menos por unos instantes de pausa y calma. Evocar lo que alguna vez fue la esencia de este lugar. Grandes árboles plantados hace más de 20 años permanecen, al son de todos los arreglos y transformaciones que ha sufrido la sede. Uno de ellos, más simbólico, el que contenía los deseos (de los estudiantes nuevos), donde muchos colgaron sus papelitos con las expectativas de qué era lo que querían en la vida, o qué querían entregar en ese incipiente proceso de estudiar psicología, y que querían entregar al lugar, a la posteridad…y cómo se verían de unos años….

Tantas historias y tantos sueños. Grupos de amigos que perduran hasta hoy y otros no tanto... como el nostálgico y extinto club de toby. Tantos recuerdos grabados en cada rincón de La Reina. Ahora tienen la última oportunidad de cobrar vida.

Hoy cuesta caminar por la facultad, ahora que se concretiza el rumor de años, de “bajar al centro”. Una leve sensación de amargura atraviesa mi garganta, al contemplar el espacio vacío por última vez.

Pero quizás, nunca hubo un mejor momento que éste para cerrar la puerta por fuera.

Me detengo y contemplo. Lugares por donde pasó tanta gente, por donde se discutieron tantas cosas, donde la vida estudiantil existía en las conversaciones y en la energía que se le impregnaba a cada una de las vivencias en la facultad. Retrocedo…

…Nos gustaba quedarnos. Hacer cosas, muchas cosas; desde un paro, o el extremo de tomarse la facultad (para presionar por demandas estudiantiles) hasta carretear hasta morir en algún evento de clausura de semana cultural, o en el clásico asado de quinto. Nos gustaba conversar, echar la talla, compartir con JC o con Cristian, la Trini, jugar con Queso, comer choripanes entre rifas y campañas q dieran lucas para ir a un congreso… quedarse hasta tarde preparando el Sensorama para la semana de bienvenida. Con pocos recursos materiales, pero con mucho espíritu. Alguna vez nos supimos como parte de esa mística que alguna vez hizo de la facultad una de las mejores.

Las vueltas de la vida llaman a continuar con el proceso. Pero en otro lugar.

La llama de La Reina se fue apagando de a poco…entrando paulatinamente al vacío…Deprimente y sin vida. Con un aire de tristeza que se transmitía en los últimas clases, las últimas pruebas, las últimas conversaciones. Sin nadie a quien llamar. Sin nada que decir. Sin tallas que tirar. Sin colas que hacer. Todo volviéndose progresivamente más impersonal, convirtiendo a este espacio en un mero lugar de tránsito.

Después de clases, la gente se va a casa. No hay profesores que se queden por mucho tiempo…fomentando la vida estudiantil y las conversaciones “en serio”. No hay huella de ellos ya. Los murales, ya raidos por el frío y la humedad miran con melancolía el pasto tan yermo que aún permanece en las lomas del patio de fotocopias viernes a viernes, donde ahora flotan las ánimas.

En la cancha, tres o cuatro pelagatos chuteando un balón…mientras otros tres se bajan una cerveza, afuera de la cancha…cerveza que ya no es comprada donde El Mudo.

No existe momento más preciso para bajar el telón.

Hace tiempo que el rumor de “bajar al centro” afectó a la facultad más que un mero rumor. El espíritu de la facultad se extinguió hace mucho; o se fue a algún otro lado…y el tiempo siguió pasando, solo para contemplar cómo fue cambiando todo.

Solo queda imbuirse en los recuerdos. De lo lindo que fue todo alguna vez.

La emocionante despedida es lo que sigue. Más de 20 años de historias y momentos; retazos indelebles de vivencias de muchas generaciones de psicólogos, sociólogos, trabajadores sociales, educadoras de párvulo y profesores….

Y no queda más que dar gracias, por todos esos buenos momentos, y esos no tan buenos. Y brindar, con esos vasos plásticos de antaño, o con una botella de cerveza, por aquel espacio que nos acompañó en las buenas y en las malas: y que nosotros no dudamos en hacer nuestro espacio. Escuchar las canciones que nos acompañaron en esos años alegres. Imaginarse sentado en esos pastos por última vez, en uno de esos imborrables viernes. Evocar las amistades de antaño, algunas diluidas por las circunstancias, otras que perduran. Conectarse con esas clases que tanto nos hicieron tanto sentido alguna vez. Reírse de las estupideces que hacíamos. De los rollos que alguna vez nos pasamos (y nos seguimos pasando). Y brindar. Brindar por todas aquellas historias que nos forjaron y que permanecerán en las conciencias; durmiendo, silenciosas…. esperando tal vez algún reencuentro en la memoria; en algún café conversado con nostalgia, entre las grandes amistades y grandes amores que allí surgieron, de esos pasillos, de esos pastos, de esa tierra. De esa tierra que sólo el recuerdo la mantendrá fértil.


P.D.1: Hoy miércoles 15 de Julio de 2009, será la última vez que habrá una reunión masiva en La Reina. Ahí tendremos tiempo para despedirnos definitivamente y bajar el telón en conjunto...

P.D 2.: El Mudo- según fuentes confidenciales y altamente fiables- al vender su botillería, se fue a vender vodka a algún lugar de Escandinavia no determinado. Solo se sabe que tiene parientes allá. En algún lugar. La hizo de lujo antes que llegaran los parásitos de WalMart a una cuadra de distancia.

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